miércoles, 10 de junio de 2009
miércoles, 3 de junio de 2009
jueves, 28 de mayo de 2009
Barça vs Manchester
El fútbol fue justo consigo mismo y permitió que el Fútbol Club Barcelona escribiera una de las páginas más gloriosas del deporte rey. Los chicos de Pep Guardiola conquistaron en el Olímpico de Roma su tercera Copa de Europa y, además, hicieron historia al conquistar el triplete, es decir, ganar en una misma temporada la Liga, la Copa y la Champions. Casi nada.
El Barça se convierte en el primer equipo español en lograr tal hazaña y se suma al selecto club de los elegidos, en los que se encuentran el Celtic de Glasgow, el Ajax de Amsterdam, el PSV Eindhoven y el Manchester United, que se ha visto obligado a claudicar en la ciudad eterna ante un rival imperial.
Los goles de Samuel Etoo y Leo Messi encumbraron en lo más alto al equipo que ha hecho un homenaje continuo al fútbol durante todo la temporada. Y lo lograron de la mejor manera posible: ante el actual campeón, ante el equipo del Balon de Oro, ante el Manchester United de Sir Alex Ferguson.
Nadie juega como este Barça estelar de Xavi, Iniesta, Etoo, Henry, Messi.....
FC Barcelona se consagró este miércoles campeón de la Liga de Campeones 2009 en la final disputada en Roma, derrotando por 2 a 0 al Manchester United de Inglaterra, cerrando así un año brillante en el que se alzó con tres campeonatos.
Con goles de Samuel Eto'o (a los 9 minutos del primer tiempo) y Lionel Messi (a los 25 minutos del segundo), dejó al Man U sin argumentos, a pesar de los intentos denodados de su
El Barça llegó a Roma con dos copas: la del Campeonato de la Liga Española y la Copa del Rey.
Este triunfo del equipo catalán coloca a la liga española como la competición con mayor número de copas de Europa -un total de 12-, una más que la ligas inglesa e italiana.
La Liga de Campeones de Europa es el torneo más importante del continente y uno de los principales del mundo. Ahora, el Barça deberá jugar a fin de año el campeonato de clubes, que se disputa entre los campeones continentales.
El actual campeón de clubes es precisamente el Manchester United, que le ganó en 2008 a la Liga de Quito de Ecuador, triunfador en la Copa Libertadores de América de ese año.
Claves
Messi fue una de las claves del triunfo español.
Las claves del triunfo del Barça estuvieron en el joven y brillante director técnico, Pep Guardiola, que, a los 38 años, se convierte en el entrenador más joven en ganar esta copa.
La otra clave fue el tridente ofensivo con que el flamante campeón adormeció al Man U a los 9 minutos de juego: un golazo del camerunés Eto'o cambió un partido que venía controlando el equipo inglés a gusto y piacere. Ni que hablar del argentino Messi, que no sólo convirtió el gol definitivo sino que muy probablemente será elegido el jugador del año luego de una temporada soñada.
El tercer fantástico, el francés Thierry Henry, si bien no pudo desarrollar su juego de alto nivel, tomó revancha de la final que perdió contra su actual equipo cuando jugaba para el Arsenal en 2006.
El técnico del Man U, Alex Ferguson, seguramente será cuestionado por haber dejado en el banco a Dimitar Berbatov y a Carlos Tévez quien, al instante de ingresar en el segundo tiempo, le dio nuevas energías a un equipo que estaba a merced de su rival.
superestrella Cristiano Ronaldo. Además, Messi se consagró como el goleador del certamen con 9 tantos. Otra lectura
Más allá de lo deportivo, algunos cronista leyeron el partido desde otro punto de vista, como un choque entre dos culturas muy contrastantes. Según el periodista de la BBC Julian Bedfor, se trató de un choque entre el socialismo europeo y el libre mercado anglosajón.
El Manchester United fue comprado -de manera muy controvertida- por la familia Glazer de Estados Unidos en 2005, a un costo de aproximadamente US$1.500 millones.
La compra le creó una deuda al club y a los Glazer por cientos de millones de dólares, y esas deudas han aumentado pese a las ganancias que registra el Manchester cada temporada
El
"Se trata de lo mejor y de lo peor de la economía de mercado al mismo tiempo", observa Bedfor.
El Manchester United se resignó a no ganar la copa por cuarta vez.
Por su parte, el Barcelona pertenece a 150.000 de sus seguidores, que eligen democráticamente al presidente del club por términos de cuatro años.
Su eslogan "más que un club" es muy adecuado.
Más de una docena de otros deportes se practican bajo su bandera y es difícil encontrar catalanes que apoyen a otros equipos.
"Es un bastión de identidad regional y sus estrellas no promueven teléfonos celulares o compañías de seguros, pero sí a UNICEF, organismo que el club dice beneficiar con más de US$20 millones, ya que eso es lo que costaría un acuerdo por promocionarse en sus camisetas", agrega el periodista de la BBC.
martes, 26 de mayo de 2009
martes, 19 de mayo de 2009
lunes, 18 de mayo de 2009
miércoles, 13 de mayo de 2009
miércoles, 6 de mayo de 2009
Batalla del Salado
Tras la decisiva victoria de las Navas de Tolosa en 1212, los almohades perdieron el control sobre el sur de la Península y se replegaron al Norte de África, dejando tras de sí un conjunto de desorganizadas taifas que fueron conquistadas por los reinos cristianos entre 1230 y 1264. Tan sólo el Reino de Granada logró mantenerse independiente, aunque fue forzado a pagar un elevado tributo en oro a Castilla cada año. Por aquel entonces Granada comprendía las actuales provincias de Granada, Almería y Málaga, más el istmo y peñón de Gibraltar.
En 1269, la debilitada dinastía almohade sucumbió ante otra tribu bereber emergente, los Banu Marin («Benimerines» para los castellanos). Desde su capital en Fez, esta tribu originaria del sur de Marruecos pronto dominó la mayor parte del Magreb, llegando por el este hasta la actual frontera entre Argelia y Túnez. A partir de 1275 dirigieron su atención hacia Granada, donde desembarcaron tropas e influyeron decisivamente en su gobierno ante el recelo de los cristianos del norte. El choque no tardó en llegar, y así, a finales del siglo XIII, los benimerines ya habían declarado la guerra santa a los cristianos y realizado varias incursiones en el Campo de Gibraltar, con el fin de asegurarse el dominio sobre el tráfico marítimo en el Estrecho. En 1288, a instancias del rey Yusuf I de Granada, firmaron una alianza formal con los nazaríes con el fin de tomar Cádiz como objetivo final. Sin embargo, una serie de rebeliones en el Rif retrasaron la campaña contra Castilla hasta 1294, año en que los benimerines asediaron Tarifa sin éxito debido a la tenaz resistencia ofrecida por Guzmán el Bueno.
En 1329 los benimerines y sus aliados granadinos atacaron de nuevo a los castellanos, a quienes derrotaron y tomaron Algeciras. Desde esta base, los musulmanes envolvieron Gibraltar (ocupada por los cristianos en 1309, precisamente como medida preventiva ante las invasiones mariníes) y la reconquistaron en 1333. La flota castellana del Estrecho, capitaneada por el Almirante Alfonso Jofre Tenorio, no era lo suficientemente poderosa como para detener el constante flujo de tropas musulmanas hacia la Península, por lo que Alfonso XI de Castilla solicitó apoyo naval a la Corona de Aragón. Ésta accedió a enviar en 1339 una flota de guerra mandada por Jofre Gilabert, pero tras una operación en Algeciras, el almirante aragonés resultó herido por una flecha y su flota dispersada. Siguió entonces un ataque de los benimerines contra la escuadra castellana, con un resultado catastrófico para ésta: todos los barcos, excepto cinco que pudieron refugiarse en Cartagena, fueron destruidos por los musulmanes y Tenorio hecho prisionero y decapitado. Castilla quedaba así abierta de par en par a una nueva invasión norteafricana.
Al conocer el desastre, Alfonso XI decidió entonces jugar su última carta enviando a su mujer, María de Portugal, para que pidiera ayuda al padre de ésta. No obstante, el rey Alfonso IV, que entonces se encontraba algo rencoroso con su yerno por el abandono al que tenía sometida a su hija en favor de su amante Leonor de Guzmán, declinó inicialmente la propuesta, exigiendo que si el monarca castellano necesitaba ayuda, fuera él quien se la pidiera personalmente. Ante la situación, Alfonso XI no pudo hacer otra cosa que tragarse su orgullo y enviar una carta de su puño y letra a Lisboa. Alfonso IV respondió entonces positivamente y mandó una flota a Cádiz a las órdenes del marino genovés Manuel Pezagno, que se unió a un contingente de 12 naves aragonesas que ya se encontraban ancladas allí.